Entrevista


ENTREVISTA A MARÍA ROSA ZAPATERO OSORIO


María Rosa Zapatero Osorio es una importante investigadora en el ámbito de los exoplanetas, ya que durante su tesis doctoral en astrofísica, formó parte del equipo que divisó y estudió la primera enana marrón, llamada Teide-1, de las que tenemos otra entrada disponible.




Así mismo es investigadora titular del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Centro de Astrobiología, y ha llevado a cabo estancias postdoctorales tanto en el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) como en el California Institute of Technology de Caltech (Estados Unidos).



    

Telescopios robóticos, Observatorio del Teide


Sin duda, ha sido una entrevista realmente enriquecedora que nos ha proporcionado información muy relevante para nuestro proyecto, el cual mostramos a continuación, y por la que agradecemos enormemente todas sus respuestas:



  • ¿Cuánto tiempo lleva trabajando en el campo de los exoplanetas?
Desde 1993, lo que son ya más de 20 años.

  • ¿Cómo descubrió su interés en la astrobiología?¿Con qué edad?
Mi interés por la astrobiología en concreto es más reciente, pero sí que es verdad que en la astrofísica es desde más pequeña. Prácticamente desde que tengo uso de razón he querido estudiar física. No recuerdo cuándo fue el primer momento que me gustó porque siempre ha estado conmigo, es decir, ha sido un gusto que he tenido desde el principio. Soy de esas personas a las que le preguntaban qué quería estudiar y lo tenía verdaderamente claro.


  • Sobre el descubrimiento de la enana marrón, ¿esperaba encontrar algo parecido a lo largo de su carrera?
La verdad es que sí. Yo como física, mi objetivo era investigar física, astrofísica, que es la rama que escogí desde el principio tenía como tarea al ser investigadora el descubrimiento en sí. Quería que el descubrimiento formara parte de mi carrera de investigación.


  • Una vez descubierta, ¿cuánto tiempo dedicó aproximadamente al proceso de estudiarla?
Una vez descubierta, la caracterización lleva prácticamente toda una vida, ya que como conocéis, el espectro electromagnético es muy amplio por lo que caracterizar una fuente en cada unos de sus rangos requiere su tiempo, así como instrumentación que en ocasiones no está disponible en ese momento y hay que esperar décadas a que lo esté.
El descubrimiento desde que se concilió el programa, hasta que se encontró el objeto y se publicó, transcurrieron cerca de 2 años de tiempo dedicado al 100%.


  • ¿Cómo fue el momento exacto de toparse con ella, del descubrimiento?
El momento fue muy bonito, y muy tenso porque estábamos buscando un objeto muy tenue y con unas características muy concretas cuando en aquellos entonces se conocían apenas cinco objetos con una temperaturas tan frías como Teide-1, lo que suponía muy pocos ejemplos con los que comparar y establecer conocimiento. Una vez que tuvimos esos conocimientos, buscamos cómo se movía este objeto en la imagen proyectada en el cielo, y cuando observamos que tenía un movimiento propio común con el del cúmulo donde estábamos buscando, fue realmente una explosión de alegría.
Con la comprobación final, un tercer paso que conlleva los estudios espectroscópicos, y se confirmó que el planeta era joven, de la edad de las Pléyades, inmediatamente escribimos artículos anunciando su descubrimiento, y no podíamos hacer otra cosa que pensar en el trabajo de la adrenalina y emoción, y las verdaderas ganas de darlo a conocer en la comunidad científica.


  • ¿Con quién se encontraba durante el hallazgo?
Éramos un equipo de tres personas, integrado por el director de mi tesis doctoral, Rafael Rebolo y una figura post-doctoral, Eduardo Martín. Fue un trabajo en grupo.


  • Para descubrirla, ¿qué instrumentos fueron utilizados?
Cámaras de imagen en el visible rojo, bandas del  espectro electromagnético al que nuestro ojo a penas es sensible. También imágenes en el telescopio IAC-80, de 80 centímetros, en el observatorio del Teide de Tenerife, y también otras más antiguas tomadas con el telescopio Isaac Newton, de 2,5 metros de diámetro, del observatorio del Roque de los Muchachos de la isla de la Palma. Comparando las imágenes en los dos telescopios separadas en el tiempo pudimos ver su presencia y cómo se había movido con su cúmulo.
Luego el seguimiento espectroscópico  se realizó con telescopio de mayor diámetro: el William Herschel de 4,2 metros en la Isla de la Palma en observatorio del Roque de los Muchachos también; Y el telescopio Keck que por aquel entonces era el telescopio de vanguardia en el visible y el infrarrojo cercano, porque era el telescopio de mayor diámetro, 10 metros, disponible en toda la comunidad internacional.


  • ¿Se han recopilado nuevos datos tras el descubrimiento de la Teide-1, sobre la enana marrón?
Sin duda, una vez que surge un nuevo descubrimiento de impacto, ya que estas estrellas se buscaban desde hace 30 años, otros equipas intentan incorporar las técnicas con las que se ha dado con el objeto para incrementar el conocimiento, y continuar caracterizando el descubrimiento interior, por lo que se pasó de una comunidad que hacía objetos subestelares muy reducida, de unas decenas de personas, a miles y miles de investigadores. Se han unido también los físicos de planetas que buscan planetas fuera del sistema solar, por lo que la comunidad ha crecido enormemente.
Así que la respuesta es, sí, es un campo que está en auge, moviendo muchísimos recursos humanos y económicos, con el fin legítimo de la astrobiología: detectar planetas como la Tierra que puedan albergar vida alrededor de otras estrellas.


  • ¿Es prosible que una enana marrón pueda albergar vida?
Es una buena pregunta, de hecho hay muchas vida sobre ella. Una enana marrón con la edad del sistema solar tiene una temperatura parecida a la del planeta Tierra, pero el tamaño de Júpiter y es diez veces más densa que Júpiter. Seguramente hay capas de la atmósfera de la enana marrón con unas condiciones de temperatura y presión adecuadas para que pueda tener agua en estado líquido. De ahí a que pueda albergar vida es un enorme paso, que ya se introduce en la biología, y la pregunta sin responder a día de hoy de ¿cómo se genera la vida?, por lo que no hay una respuesta concisa.


  • ¿Qué recomendaría hacer a una persona de nuestra edad aproximada para introducirse en el campo de la astrobiología?
Primero hay que tener estudios superiores universitarios en los que se puede optar por biología, geología, física... ya que la astrobiología no es reconocida como una ciencia y requiere conocimientos de todos estos campos. Después de este grado universitario hay que hacer estudios doctorales y la titulación de doctor en cualquiera de estas ciencias, y después se pasa a investigaciones de un gran rango de elección: condiciones de vida extremas, exoplanetas...


  • ¿Alguna experiencia que puedas considerar personalmente enriquecedora para una persona interesada en el ámbito?
Como experiencia yo recomendaría leer bastante, porquye incluso estudiando una persona no estudia todo lo que necesita, y para tener una visión más amplia de lo que nos rodea es muy importante leer, para saber lo que te espera también. Son muy enriquecedores las lecturas en general de trabajos que os interesen, y os darán tanto vocabulario como agilidad a la hora de estudiar. También es muy conveniente por ejemplo durante la carrera universitaria dialogar con los profesores, para que os indiquen las salidas profesionales, becas, dónde puede haber financiación para hacer una tesis doctoral, y yo recomiendo que si de verdad queréis meteros en el campo de la investigación no debería ser llegar, sentarse, tomar apuntes e irse.
Una vez terminados los estudios universitarios las relaciones internacionales o nacionales con otros grupos de investigación también son realmente enriquecedoras, ya que a día de hoy las investigaciones experimentales no son individuales. Esto es así porque los conocimientos son complementarios, actualmente en ciencia, cuando encontramos un experto en algo muy concreto, necesita el conocimiento de otro experto de otro campo, precisamente, para seguir avanzando, al menos en ciencia experimental.




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